Relatos, historias y cuentos.

sábado, 4 de febrero de 2017

Obligatorio

sábado, febrero 04, 2017 Posted by Anil , , , , No comments

Bha, no se molesten, no me han extrañado.  Pero aun así los quiero.
Si, estoy  viva.
No, no me paso nada.
Si soy floja y no había publicado nada.

Que mas da.  Espero que ustedes también sobrevivieran

Dedicatorias:  El 30 Fue cumpleaños de Frank, asi que va para él, ya sabes, te jodes Frank. A ustedes. A mi primo,  que no debía partir pero de todos modos se fue.

Obligatorio.

Se puede, se debe hacer.

Despertarse dejar de soñar y seguir la rutina.  Comes algo, te peinas. Huevos fritos; suena delicioso, pero son las  5 de la mañana y un yogurt debería bastar hasta las 11 de la mañana si lo permite el trabajo. Porque eso es tu trabajo.

Pero ¿Cuál es tu trabajo? ¿Cómo te llamas?

Párate al espejo y con voz firme repite

-Yo soy yo. Mi lugar es aquí y mi nombre es mío.

Y ¡Bravo¡ Felicítate por el pleonasmo que acabas de decir, después de multiplicarlos por 3. Y de pasada corre que ya son las 6 y la ruta se te puede pasar.

No me agradezcas. No me odies, ni te pongas apático, que es increíble que después de tantos años no sepas quien soy. Esa voz agradable que nunca se calla en tu cabeza. La que de vez en cuento repite una estrofa de la canción odiosa que escuchaste en una ruta.  Esa voz con la que ahora estás leyendo esto.

No te atrevas a llamarme conciencia por que te conozco y no eres el tipo de persona a la cual le gusta comparase con pinocho.  Piénsalo mientras buscas un lugar desocupado en el atiborrado transporte que tomas.  ¿Soy parte de ti? Supongo, si tú no lo sabes yo menos.  ¡Por qué sueno tan distinto a tu voz! Más grave, más Pausado.  Tal vez no sea parte de ti.  Los semáforos en verde sobre la calle desierta te recuerdan que hoy es sábado y probablemente llegaras temprano a una oficina desierta. ¿Qué tal una siesta? En el cómodo  y saltarín asiento de plástico en el que est….

¡Eh, estúpido!

Arrggh, ese tarado se acaba de echar encima de ti con su maletín apolillado.  Los odias a todos, maldito sábado de asco, porque tienes que trabajar, de haber estudiado derecho igual y ya  estarías de sanguijuela en el gobierno,  maldita democracia y maldito sistema y maldito el día en que decidiste mudarte de ciudad y buscar y la mejor aventura que has tenido ha sido salir a pasear solo mientras llovía como si

¡Ya basta!  Me mareas, para. Respira y cierra los ojos.  Eso. Para de empujar la lengua contra los dientes como si de verdad quisieras hablar.

Eso, respira y duerme.  ¡Que voluble! ¿Cómo es posible que una voz en tu cabeza tenga que calmarte? ¡Dios, calma ya¡ solo ha sido un empujoncito.  No te pongas furioso por algo que fue un accidente. Hola, es la voz molesta en tu cabeza diciéndote que te levantaste de mal humor.  Definitivamente no soy parte de ti,  eres muy primitivo.  Si, eso, tal vez son la voz de dios en tu cabeza vigilando que hagas todo bien.

Pfff Claro que no,  y ahora no te pongas con que soy la voz del mal. ¿Quieres saber que soy? Soy lo que te distingue como Ser.  Lo que evita que  pases el tiempo en blanco. Si, nunca me callo, porque soy esa dualidad que conecta lo que haces con lo que piensas y al mismo tiempo  te indica que hacer. Yo  digo “un parpadeo rápido” mientras tu cuerpo lo hace.


¡Es Grandioso!  Como ahora  que puedes pensar en cómo tienes que controlar tu respiración y ¡Tadan! Eres consciente de tu respiración. De nada.  Que aburrida seria la vida sin que yo estuviera haciéndote compañía.

Ja ja, ni siquiera sueñes con eliminarme. Es imposible, estoy ligado a tu pensamiento,  complemento indispensable para tu funcionamiento. Eso genio,  trata de pensar sin mí. Eso es luz. Eso es cabello. Ahora cierras los ojos.   Diug, ese olor.  No. Eso. Imagina solo las imágenes. Trata. Estas son las palabras, esta es una A. 

¿Lo ves? Imposible deshacerse de mí.  Anda, para ya,  no sé cuál es el gran dilema, estás acostumbrado a no pensar en mí,  a ignorarme, a usarme. Estoy tan presente  que soy invisible.  Podríamos ir más allá y darme una cara y una personalidad  y podría ser interesante y hasta divertido.  Dame un nombre,  dime  Emmanuel. Pregúntame todos los días como estoy.   Pide mi  opinión, asígname un rol: bueno, malo,  narcisista, inteligencia. Dibújame y proyéctame, dame a conocer.

Pero te daría miedo, ¿No es verdad? Si en algún momento yo fuera tan real que te agobiaras, que tuvieras que descansar y me dejaras tomar el control, que fragmentaras tu mente y de pronto no fuera solo una voz, sino dos con la que tuvieras que lidiar y de pronto ya no pudieras controlar las divisiones que hacemos, y perderías nocion del tiempo y espacio. En algún punto preguntarías si estás loco por hacer ese tipo de cosas, si se te ha botado el tornillo o simplemente era algo que mantuviste en control desde siempre y en un momento mientras bajas en la parada y corres hacia tu oficina decides que ya era tiempo de dejarnos salir y explorar por nuestra cuenta.

¿Es maravilloso no?  Que mientras  damos la vuelta en la esquina te hayas dado cuenta de lo increíble que es tu mente, tan ingeniosa para usar  una voz para materializar tus procesos mentales  de una manera sencilla.

Eres genial. Tal vez somos. Tal vez solo soy genial.

Mierda, llegue tarde de nuevo.


lunes, 16 de noviembre de 2015

Cuando los Malos Ganan

lunes, noviembre 16, 2015 Posted by Anil , , , , , , , No comments
Buenas Tardes Guapos:


Rompiendo la costumbre de publicar en las madrugadas, hoy vengo un poco ofendida por que no me han extrañado. Vale, que tal vez sí, pero me gusta el drama, acostumbrence o denme un poco de chocolate, cualquiera que les sea mejor.



Yo los extrañe mucho :3



Pongamos la regla de que el tiempo no existe aquí,porque escribir periódicamente es sano pero dramático, y ustedes no  quieren venir a leer como me corto las venas cada mes. ;)

Solo tengo una petición: Sigan vivos. A todos nos pasan cosas horribles, pero mantengance vivos y fastidiosos. No los  conozco, pero estoy orgullosa de ustedes, principalmente porque no han muerto. Zombies, los amo.



Dedicatorias: A los que leen, a los que vienen por las fotos o por las frases. Todo es para ustedes, tómenlo sin decir nada. A mi familia, que extraño ahora mas que a nada, a mis amigos por mantener mi equilibrio emocional y a Emmanuel (Y te aguantas).



Punto y aparte, CUANDO LOS MALOS GANAN es un texto inspirado por la situación, la canción SLEEP de MCR  y que no me gustan los gorilas. 




Besos.


CUANDO LOS MALOS GANAN


Cuantos errores habré cometido al tomar mis decisiones. Sé que ninguno. Estoy en shock. Estoy feliz y triste. Patético.


-No me arrepiento de nada, idiotas.

 Debe ser el puto karma en mis hombros. Mate a 6 esta noche. Y Mataré una vez más para asegurarme de que no vuelvan. Oigo sus gruñidos de cadáver por las rejas. Imbécil. Quiero que la granada le pase por la boca, directo a la garganta.


-¡Y se te quede en el corazón, a ver si eres capaz de sentir algo!

Más gruñidos. Puede olerme. La verdad, me conoce perfectamente. Me matará cuando él lo crea conveniente. No debí llamar su atención. Cuando fue una alianza fue perfecto, yo le daba alimento y él era una bestia gigantesca de confianza. Era inmensamente poderosa. Lo tenía todo. Pero Un día de repente fuimos enemigos. Atacó mi tranquilidad y me robo el sueño. Fui desterrada, pase hambre y frio.

-Y te lo agradezco, grandísimo estúpido.  Ahora el oráculo esta de mi lado. La suerte me acompaña y tu feo y asqueroso trasero de mono va a quedar embarrado en todo el suelo.

La granada caliente en mi mano rodaba inquieta. “Recuerda, preciosa, preguntas correctas serán ascensos seguros”.  Si el Oráculo estaba de tu lado, no importaba que te mandaran a China o Plutón, siempre volverías para rematar a tus enemigos, amigos, amantes y personas ocasionales a los cuales les gusta joder por joder. Y el Oráculo había sido claro. “Vive tu o vive él. El que salga primero y con vida podrá decidir su destino. Mátalo bien y esa podredumbre en tu pecho desaparecerá por completo. Pero, si tienes clemencia,  él podrá reclamar su derecho en cualquier momento a retarte, y tu cederás ante su pie, lamiendo la tierra de sus zapatos”

-Y sábete, cara de gorila, que a esta chica no se le da comer polvo. ¡Aparece!

Pero no aparecía, solo daba vueltas  alrededor de la jaula, babeando y tratando de parecer agresivo.

-Antes fuiste algo, ahora solo eres la sombra de quien conocí.

No acabé de decir mis palabras ese monstruo golpeó un lateral con la fuerza de una máquina excavadora. ¿Cuándo demonios se puso tan enorme? Seguramente ahora alguien más le alimentaba, aunque era con alguna sustancia química que le alteraba y dejaba como idiota. “Idiota… Pero eso significa que ahora es libre. Y yo soy libre de romper el trato y matarle con mis propias manos”.

Aun así no le odiaba, en algún momento de la vida maldije su nombre con todo mi ser, pero después supe que no podía seguir así. Traer su recuerdo a mi cabeza me estaba matando a la par que me mantenía viva. Supuse que en algún momento de la vida fue un ser sincero y lo único que buscaba era la paz interior, pero sucumbió a los placeres físicos y olvido el camino que tenía en la vida. Supongo que en algún momento de la vida fue Humano. Pero ya no me dejo engañar, para cuando lo conocí ya era un monstruo idiota que actuaba por instintos bajo una apariencia de bestia dócil.

-Tu eres un pobre diablo, como yo, la diferencia es que yo ya he aceptado mi destino cuando tú lo único que buscas es olvidarte todo.

Más golpes alborotados y baba por doquier. Diablos, el ultimo casi me alcanza. Debía de actuar rápido o perdería el control y me mataría. Puse manos a la obra: Saque la granadas, y las uní por los ganchos, para que detonaran al mismo tiempo, saque la pistola cromada y le cargue la única bala que traía conmigo. Por ultimo saque mi cuchillo de plata con un destello silbante. Él se detuvo en alguna penumbra al oírlo; no sé se si preparaba o solo esperaba la primer golpe.

-No tengo pensado dar más de uno- Le dije con un susurro, esperando que me atacara.

-No esperaba menos.

Tenía una voz horrible, granjeada, áspera e inhumana, una voz torcida.

-…¿Aun puedes hablar?

Una risa de orangután maniaco lo lleno todo;  Me espanto,  lo admito, me puso a temblar. Odiaba ese sonido. ¿Por qué siempre me meto en problemas? Podría ser una ermitaña en un monte, matándome de inanición. Pero no, la tonta quería matar monstruos.

-¿No castigan a los detractores con la muerte? ¿Por qué sigues viva?

-Sabes que los matan en hogueras públicas. La civilización es tan salvaje.

-¿Y por qué no estas muerta?

-¿Me extrañabas?

Golpes a la jaula, esta vez sí me alcanzó, provocando cortes en mis brazos y pecho. Empecé a sangrar y el olor lo enloqueció aún más. Tome las granadas  y las apreté en mi estómago.

-No sabes el dolor que es ser yo… ¿Quieres verme?

-No. Te veré cuando estés muerto.

-¿Para que medio salvarme si luego me vas a matar? Eres asquerosa. Igual que todos las demás.

-Pero tú ya sabias eso. Cobarde. Puedes matarme ahora pero estás esperando sanar tu conciencia. ¡Vive con ella de una maldita vez! Acepta que me engañaste y tal vez te deje morir en la paz que buscas.

Su cara salió entre los barrotes, como una máscara de suciedad y tristeza, ojos cansados y viejos, vista perdida.

-Solo intentaba ser feliz- Susurro como antes lo hacía antes, cuando aún quería salvarlo.

-Y un carajo.

Y le metí las granadas en la boca.

Buuuum. Una bola de fuego me alcanzo en el momento en que me cubría  la cara con el brazo. Todo zumbaba y estaba lleno de polvo. Estaba mareada y aturdida. “Mi cuchillo” Era lo único que pensaba. Estaba en mi mano. Pero mi mano ya no estaba.

-Joder… Me gustaba esa mano.

El Oráculo me las pagaría, nunca mencionó que perdería una mano.

-¡Qué me has hecho!.... arhhh…. ¡MI TORSO! ARRR…

-Ah,  mi cuchillo. Si me disculpas, está a un lado de tu brazo.

-MI BRAZO… ESTÚPIDA, ¡MI PIERNA!

Pfff, pues tenía razón,  mi mano estaba en un charco de baba y sangre junto con mi cuchillo. Pero de sus extremidades faltantes no había nada, solo gelatina roja por doquier.

-Cállate- Recogí mi mano, todavía podía salvarla si me apresuraba.- Estas vivo, ¿No? A alguien le serás útil. Pero ya no tienes poder aquí. Sana y vete.

-¡PERRA PSICÓPATA, MATAME!

-No querido. Yo vine solo a rematarte. Pero alguien más te matara y me da gusto que no sea yo.

¿Se puede cambiar el futuro? El Oráculo decía que no. Pero la crueldad. ¿Yo era capaz de matar por mi vida? Tomé el cuchillo con cuidado. Dios, era muy torpe. Mi mano, aunque la pudiera salvar, no sería igual. Ahora tendría que ser zurda.  Joder, de un maldito mordisco. Como lo amaba. “Muerdes la mano que te alimenta”. Dulce ironía.

-Tomare esto.

Y le saqué el ojo rápidamente. Fue una suerte que no dañara el cerebro (¿Tenía?) pero la verdad, fue un ojo por mano.

-Y ahora me voy. Un placer conocerte.

-¿POR QUÉ NO ME MATAS?

-Porque si sobrevives vendrás a buscarme. Y te voy a estar esperando. Si eso pasa, habrás aceptado que fuiste un maldito bastardo, como yo acepto ahora que fui una maldita estúpida. Y entonces, solo entonces, será una batalla justa.

El oráculo nunca se equivoca. Era él o yo. Pero aun no era tiempo. Y si un gorila ambicioso podía aceptar su humanidad, yo podía aceptar que siempre fui de los malos.
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"Había una loca que le tenia miedo a la casa con el salón inmenso del pueblo. Decía que había un monstruo con forma de gorila que pasaba las noches ahí. El mono podría hablar, porque, según decía, antes había sido humano, pero fue sometido a procesos extraños trasformando su cuerpo creyendo que así sobreviviría a las guerras.  También decía que una chica trato de volverlo humano, pero fue ella la que se transformo en una bestia asesina. Yo una vez fui. El salón olía horrible y todo estaba todo sucio, muchas manchas marrones. Una jaula grande estaba destruida y quemada. Entre aquel desastre había un dedo negro.  Antes de salir corriendo, en una esquina vi que algo se movía. No voy a olvidar nunca ese ojo amarillo mirándome. No era humano, pero tampoco era de animal. Yo sé que así es como se ven los ojos de los muertos en las brasas del infierno"


jueves, 17 de septiembre de 2015

HAZME UN FAVOR Y ROMPEME LA NARÍZ.

jueves, septiembre 17, 2015 Posted by Anil , , , No comments
Wow.
















             
4 meses y no nos extrañaron. No se preocupen, es normal no acordarse de alguien como yo. Pero desgraciadamente yo si que me acordé de ustedes y por eso adivinen que:

I´m Back, bitches.

Y hoy vengo con una recomendación: Si quieren que escriba seguido, rompanme el corazón y aquí me tendrán por muuuuuucho tiempo.

Y bueno, los eche de menos.

Dedicatorias: A todo el que lea estas lineas, un abrazo fuerte y un beso tronado. Y una dedicatoria para Emmanuel, a quien prometí no olvidar y me vienen y me van sus cambios de humor o que ya no quiera saber de mí. Promesa es promesa. Te jodes.

Perdí recientemente a una chica que compartió conmigo lo que pocas personas comparten: Tiempo. Solo quiero decir ante esto lo único que podríamos decirnos: No regrets. All the love.

Aparte de las depresivas anotaciones,  les presentamos HAZME UN FAVOR Y ROMPEME LA NARÍZ. Inspirado en música Indi de los fabulosos Artick Monkeys, dejo las canciones y a quien capte los guiños le debo una cerveza.


Espero les guste. Gracias por leer :)



HAZME UN FAVOR Y ROMPEME LA NARIZ.


-HAZME UN FAVOR Y ROMPEME LA NARÍZ.

El golpe fuerte de ella no pudo romper sus nariz, pero si hacerle bisquear y gruñir. Pero no se movía, porque era una roca sólida. Ella ya había pasado varios años entrenado algunas artes mixtas; sabía cómo hacer que un elefante perdiere el conocimiento y sin embargo estaba ante él con los dedos casi rotos.

-Mierda Jared. Sigues siendo un idiota. ¿Me puedes explicar que carajos haces aquí?

El la miraba, pero tenía una expresión vacía. Hacia 5 años que había desaparecido de la faz de la tierra, igual que todo lo demás. Las vidas normales habían cambiado por peleas en los desiertos y búsqueda de agua. Los había abandonado, les había dado la espalda, se fue y eso era imperdonable, pero viéndolo tan arruinado como estaba ahora ella creía que podía ser tan estúpida para perdonar todo y seguir adelante.

-¿Hola? ¿Estás ahí, grandulón?

Ya ni siquiera parecía aquel hombre agradable dispuesto a entregar la vida por la felicidad de los demás. “¿Qué te hicieron?” Se preguntó ella con la tristeza asomándosele por la garganta. Lo miro directamente a los ojos: Estaban huecos. Y eso la hizo enojar.

-¿Qué? ¿A qué vienes? ¡No te necesitamos, estúpido! ¡Sobrevivimos! Les pateamos el trasero tan fuerte que sus ojos salieron por sus cuencas. Ahora somos a quienes temen, susurran en la oscuridad para que no los escuchemos y vayamos a terminar con su miserable existencia. Les hicimos pagar. Nos salvamos. Sin ti- Rompió a llorar… justo como cuando se dio cuenta que no iba a volver realmente, que se había ido para olvidar todo lo que era. Lloraba porque tenía mucho tiempo tratando de no hacerlo, porque su luto no iba a terminar nunca. Le odiaba, le adoraba. Lloraba porque era imposible para ella olvidar a alguien. Y porque siempre mantenía su palabra.

-¡Te prometí frente a todos que si te dignabas a volver, te mataría con mis propias manos, Jared, yo cumplo mis malditas promesas!
Saco si cuchillo delgado de la cartuchera de la cadera y lo tendió ante sí a modo de amenaza. Él no se inmuto. Seguía ahí parada, con su cara de idiota, con la boca cerrada y los hombros caídos.

-¡Te cortaré la maldita cara si no te vas ahora! ¡VETE!

Le tiró el cuchillo a los pies y se dio la vuelta, sin mirar atrás, dejándolo entre las dunas. Era una brabucona de primera, pero no podría matarlo sin que le doliera hasta el alma, aunque cierta parte de ella realmente quería enfrentarse a lo que fuera a decir él (Si hablara, claro). Jack la esperaba en la entrada de la fortaleza, con la mirada expectante ante lo que acababa de ocurrir. Apenas y lo miro antes de entrar, cegada por el lodo que tenía en su cara a causa del llanto y el polvo.

-No lo matarías. Es más, le vas a perdonar.

-Cállate.

-Nadie te lo va a reprochar. No eres una asesina, Paola.

Pero por la mirada que le lanzó antes de desaparecer, se podría decir que lo era.

-¿Cuánto lleva ahí?

-Debe estar jodido, van 3 días, sin comida, ni agua ni descanso. O esta chiflado o es medio zombi, y ninguno de los casos nos conviene.

-Da miedo verlo. Parece un muerto. No el mismo hombre que se fue de aquí.

-Más que eso. Yo no creo que este vivo. Estos 2 siempre han sido así, de respetar las promesas estúpidas que se hacen.

-¿De qué demonios hablas?

-Piénsalo. Él jura que siempre sabrá de él, no importa a donde vaya. Ella jura que si vuelve lo matará. Paola siempre está pendiente de los pasos, los indicios, la comunicación.  Sé que todos por aquí piensan que es por estrategia y tal vez lo sea, pero yo sé perfectamente que es porque espera noticias de él. Y ahora viene Jared medio cadáver y espera que ella salga a matarlo porque eso es lo que prometió que haría. Si se hubieran prometido sexo divertido siempre que se pudiera esto sería más agradable de ver.

-No me jodas. ¿Qué pasa sí es un peligro? ¿Qué pasa si es un monstruo o atrae a alguno por aquí? ¿No deberías tomar precauciones?

-… No podemos opinar. Ni hacer nada. Sabes que es el hombre más peligroso del mundo. Estoy seguro que si te acercas te quedaras frito en la arena mientras él no moverá más de 3 músculos.

-¿Qué hay de ella? ¿No piensa matarle? ¿O hacer algo?

-Mira novato, ella ha estado aquí desde siempre, nunca nos ha decepcionado y ha comandado el desastre mejor que nadie. Dejemos que ella lo arregle. Pero te diré algo: Terminaran muerto los 2. Suicidas asquerosos.

-Lo siento mucho, Jack.

-… Es mi chica. Y si la muerte la pone en paz, que en paz este.


Llevaba más de 4 días sin dormir, comer o beber nada, y no se sentía nada mal. Pensaba (cuando lo hacía) que bien podría estar entrenando para entrar al infierno (Si ella lo mandaba allá). Se había ido 5 años antes porque necesitaba estar lejos de todo, apreciarse, encontrarse. No quería seguir siendo la misma persona que era en ese momento y había partido para comerse al mundo. Nunca pensó que el mundo sería el que se lo comiera. Le había ido mejor que esto (Piel lacerada, inanición, locura) pero al final había regresado a rematar, porque no había manera de morir si no era ella quien lo hacía.

Había luchado por mucho tiempo contra alimañas, ganado corazones de princesas, riquezas infinitas, amores intensos, teniendo todo lo que se supone que quería. Gozo por algún tiempo, pero al final se sentía solo y añoraba la compañía de los que fueron sus compañeros y familia.  Era estúpido pasar todo el tiempo metido en una cama mientras lo único que quería hacer era dormir. Al final decidió regresar, pero no contaba con que al llegar ya no encontraría nada de lo que añoraba. Lo supo en cuento puso un pie en el desierto. No eran las dunas doradas. No era el sol ardiente. Era el sonido. El lugar parecía escupirle en la cara. “Mira tú por donde, Dorothy ha vuelto a Kansas” le seseaba el viento entre las montañas de arena. “Que novedad, regreso la serpiente al nido” le decían los silbidos por entre los cactus. “¿Pero quién va a dormir en esta ciudad que nunca despierta?” decía el frio de la noche mientras congelaba todo.

Al principio se desconcertó, y desubicado como una cabra se quedó quieto, esperando, escuchando. Solía andar por esos lugares como si solo fueran una extensión de sí mismo, los conocía, podría decirse, hasta por cada grano de arena. Y ahora, a pesar de ser los mismos, eran diferentes. Ahora ya no eran parte de él, eran ajenos, eran de otros. Por un momento temió la posibilidad de que otros le hubieran robado lo que era suyo, pero después de pensarlo un poco supo que era imposible por el simple hecho de que, al irse, había dejado todo atrás, libre al paso de quien se lo topara, para que lo tomara, lo destruyera o lo usara, lo que le viniera mejor.

Hizo una promesa que no había cumplido. Había olvidado, había enterrado lo que era porque quería ser algo más, sin darse cuenta que podía mantener lo que era y ser lo que quería ser.

-Carajo… Esto es complicado- Le decía a la soledad que lo acechaba todos los días.

Recorrió todos y cada uno de los lugares que solía resguardar y se dio cuenta que una batalla fuerte ya se los había quitado. A alguien le había dado una paliza brutal y alguien había ganado hacía tiempo. “¿Fueron ellos o nosotros?” pensó al filo de una gran roca ardiente. Y el calor del desierto le respondió con acidez “¿Nosotros? Tu no perteneces aquí”.

Fue una patada en los bajos que lo terminó de matar por dentro. Era cierto, ya no pertenecía ahí, ahora era un visitante, como muchos que él vio partir antes. En ese momento se derrumbó y se dio cuenta cual había sido su error principal: Vivir siempre en la fantasía. Añoraba tanto una vida que olvidaba la otra y cuando añoraba la vida pasada la del presente le sabía a nada. Siempre “Después será” para no hacer lo que tal vez podía hacer. Siempre se hacía el valiente y prefería la soledad. Era su manera de ser y nadie le juzgaba por eso y probablemente hacia era, si no feliz, al menos alegre. Entonces como un puñetazo le vino el descubrimiento de su segundo error: Volver.

No tenía caso volver a ese desierto miserable con personas que ya ni lo conocía. Se preguntó (otra vez) quién habría ganado (Incluso tuvo curiosidad sincera de saber que había pasado) pero supo por el desierto que habían ganado ellos y no los “otros”.

Y con ellos al mando, ella sería una líder nata. Estaría viva. Se apostaba la cabeza a que sí. Entonces pensó en volver y saludarlos, no porque añorara volver, sino por pura camaradería. Se dirigió hasta ahí y encontró todo en un magnifico caos: El fuerte más grande, con más personas, funcional. Todo a resguardo y ¡Dios santo! ¡Niños! Algunos niños en los brazos de sus padres. Si, aquella era una paz en medio del desastre que daba gusto ver. Entonces la vio.  Y fue como ver al desierto personificado.

-Ya no es mía.- Susurro y se quedó hecho de piedra.

Yo no soy de nadie

Se lo había escrito un día en el calabozo mientras lloraba como una nenita. Nadie la iba rescatar en ese momento y nadie lo haría ahora que él estaba esperando, desde hace 5 días. Todos murmuraban y salían a verlo, esperando que cayera muerto de un momento a otro. Pero Paola sabía que no iba a caer, que podría durar una eternidad así si lo quería, porque era un tonto cabeza testaruda.

Si, se había ido, los había abandonado, los había dejado. Pero en ningún momento lamento su decisión, porque era lo normal, querer más, salir a la aventura. Ella se habría ido igual. Pero era una romántica y se le hacía imposible dejar algo que amaba a la deriva. Sentía que debía cuidar todos los pequeños tesoros que se le eran concedidos. Tenía la paciencia para sentarse, escuchar y ponerse en los pies de otros. Entendía perfectamente por qué lo había hecho. No entendía nada más. Ya no le importaba, porque estuvo sola en ese calabozo por bastante tiempo, pensando en todo y en nada a la vez. Cuando el líder bajaba con la idea de darle un poco de “diversión” ella lo enviaba arriba con un dolor de cabeza.

-Eres mía.

Lo decía siempre que la veía y siempre que se marchaba. Ella se encargó de marcarse la piel para la última vez que la viera.
Jared partió un frio día de enero, para los lluviosos días de febrero Paola cayó en el calabozo. Era un trofeo para El Kamikase; quien se regodeaba de haber capturado a la más buscada de sus enemigos. Sin embargo, la maldita era una perra que no dejaba que nadie la tocara, y el que lo hacía le salía caro. Después de la primera semana la dejaban sola.

-Dejen que se amanse. Ella sola hará todo el trabajo.

Y mientras ellos reían ella sonreía. Claro que haría todo el trabajo.

Su plan fue sencillo. 7 pasos, como siempre.

1-. Vienen por ti. No hables. No mires. Piérdete. Busca en tu mente un lugar donde estar.
2-. Son unos hijos de puta. Te van a abofetear. Te verán débil. Lo estarás. Una vez vencida, te ataran y te llevarán ante él.
3-. Le gusta la agresión, el dominio, usara un objeto lujoso y afilado para quitarte la ropa. Utiliza usa ventaja, sal de tu lugar seguro y alerta a todos tus sentidos, después de tanto tiempo esperando, es hora de liberar a la fiera.
4-. Mata. Sin compasión. Sin error. Sé certera. Se lista.
5-. Tan pronto como puedas envenena el agua. Se la noche misma. Si te agarran, estas muerta, o peor, demasiado viva. El veneno está escondido en donde te encontraron.
6-. Quema alcohol, enciéndelo, inicia el fuego como evento principal y huye al manantial. Los sobrevivientes estarán indefensos, drogados o moribundos. Aprovecha tu ventaja.

-Y el último paso.- dijo en el presente, mirando a Jared impasible, como hacía 6 días, desde su llegada- 7: Vuelve siempre a casa, a salvo. Y prepárate para la siguiente ocasión.


-Te ves asqueroso.

Era el séptimo día y ella estaba frente a él con la mirada encendida.  Se veía terrible, aun peor que él. La miro y sintió los mismo que hace 7 días, aunque esta vez le costó resistir sus impulsos.

-No será divertido si no hablas.

La tenía tan cerca que casi podía olerla y parecía que no se había duchado hacia mucho.

-¿Listo?

-Listo.

Su voz era un gruñido horrible, el sol caía directamente entre ellos. Jared no podía creer que fuera hacerlo, y de verdad estaba convencido en que no lo haría. Vio a Jack en las sombras, una mirada severa se cernía contra él. Cargaba una niña en brazos.

-Una última pregunta: ¿Por qué querías que te rompiera la nariz?

Sonrió, la miró directamente a los ojos y dijo:

-De esa manera estaríamos a mano cuando rompiera tu corazón.

Fue un movimiento rápido de su parte, directo al pecho, tan potente que todos escucharon como dejaba de respirar de golpe y abría mucho los ojos. Miro al desierto y descubrió que era suyo y que el desierto estaba de su parte. Las extensiones de arena dorada le daban la bienvenida con una suave caricia. Logró levantar la cabeza y lanzarle un beso al amor de su vida. Y al final solo se fue con el viento entre la arena.

-¡Asesino!

Las voces susurraron  primero y luego gritaron. Pero nadie se movió. Jared creyó que al fin sentía algo más que vacío en sí. Pensaba fervientemente que cuando terminara con Paola recuperaría al desierto, que ella le había robado de algún modo. Miró girando entre sí y un poco confuso descubrió que no podía sentir nada. Si antes le insultaba, su desierto ahora estaba en silencio. Miraba confundido por donde quiera, pero no encontraba nada. Silencio. Como ella. Pero no muerto. Solo imposible de alcanzar.

-Ya estarás feliz.

Jack caminaba despacio hacia él, impasible aun, con la cara llena de rencor. La niña que antes estaba en sus brazos ahora estaba con otra mujer. Lloraba terriblemente. Jared no podía evitar sentir pena por la pequeña. ¿Lo habría visto? Quién sabe. No importaba.

-O estarás vacío aun.

-Era ella o yo.

-Nunca fue así. Velo por ti mismo.

La tomo con cuidado y le descubrió el cuerpo. Llevaba solo una flor de Cactus. No sabía que carajos significaba, pero  podía notar que no llevaba armas.

-Sahara. Es morena. Tiene sus ojos, pero tiene tu pelo.

-¿Qué…?

-Felicidades, mataste a la madre de tu hija. – Y fue cuando se rompió, tomando el rostro de ella y besándolo en la frente.- Suicida idiota. Te amo.

Rubia. Y pequeña. Y llena de vida, como la flor del cactus al florecer. Le había mandado un beso antes de morir.

-Dijiste que no te haría daño. Dijiste que sería feliz con ella. ¿Dónde está tu paso 7, corazón?...

Ninguno respeto las promesas que se hicieron. Nadie lo hace ya. Todo acabó.


Pero ella estaba en casa, sana y salva, tal como prometió.

martes, 26 de mayo de 2015

Los 7 besos

martes, mayo 26, 2015 Posted by Anil , , , , , , No comments
Buenos tiempos:

Y si, les debíamos muchas historias; así que  les presentamos la primera parte de "Los 7 besos".
Y aunque el titulo no tiene nada que ver con la historia de momento, en la segunda entrega descubrirán la razón del mismo.

También queremos obligarles a que visiten y comenten la página que con sudor y ganas les hemos armado :3, pero como no podemos, simplemente  agradecemos que nos lean  ;).

Disfruten
*Nota: si alguien descubre quien el antagonista se gana una cerveza por parte de la página.


LOS 7 BESOS

Salté. Después cambie de opinión.

Sólo vi un borrón pasar ante mis ojos, el aire llenando mis pulmones completamente y al final el un sonido de algo poroso impactando contra una superficie sólida. Nunca olvidaré el crujido de mis huesos rompiéndose, un tanto ahogado por mis músculos y piel.
Después todo fue oscuridad. Y el frío, ohh. El frío... Lo llenó todo con tanta intensidad que sentía que me quemaba. Quería moverme, quitarme esa sensación. Pero ya no era dueño de mi cuerpo, aunque podía sentirlo todo como si lo fuera. "Respira, respira, ¡carajo! No nos abandones...”

(¿A quién?)

Desperté en un lugar oscuro con tonalidades grises y rojizas fue inquietante. Al pasar primero por fuego y dolor, lo único que podía sentir era la condena eterna.  Las voces, los olores, las visiones, los sabores; todo me resulto terrorífico y maldito. Pero después de haber estado un tiempo (que me pareció más un milenio) en esta especie de limbo, todo volvió a quedarse oscuro y sin vida. No sé si esto me dio más miedo.  Estar en un lugar solo sin ninguna presencia, por tranquilo que se pueda imaginar, es más aterrador que estar en el limbo.  Si hablas ¿Quién te oirá? Si tocas a tu alrededor ¿Habrá algo que tus dedos puedan rosar? Mientras más aguces tus oídos. ¿Habrá algo que puedas escuchar?  En la nada, todo es posible. Y al mismo tiempo, todo es imposible.

Después de un rato (un milenio) un resplandor rojo tiñó un horizonte frente a mí. Y sin más me encontraba en un cerro. Estaba tirado en medio de un lugar oscuro y lleno de polvo. Parecía que nada había pasado, que simplemente había vuelto a la tierra donde todo es sobrevivir y ganar, cuando una lejana carcajada empezó a resonar por el horizonte. A cada segundo el sonido se hacía más fuerte y más desagradable. Aunque la recorrí con la mirada todo alrededor de mí, no logre ubicar la procedencia del sonido. Levantándome lentamente, decidí hacerle caso a mis instintos y huir de ahí, pero al darme la vuelta choque contra un...  Algo.

-Pobre pecador. Caído en las salas del infierno por no soportar su existencia allá en la tierra…

Si eso no era el Demonio, entonces no existía. Tenía una cara cubierta por sombras un unos ojos como brazas. No era aterrador, pero míralo te daba miedo. No tenía el rostro rojo como cualquiera esperaría, sino gris, para que sus ojos escarlata resaltaran más y una lengua larga y negra… asquerosa.

-Pobre, engañado por todas las ideologías de su gente creo que debía inclinarse a lo que Su Dios mandaba, matando a los diferentes, robando a los tontos o simplemente repitiendo  las mentiras de hace milenios. ¿Nunca sabrán seguir a su mezquino interior?

-¿De-d-de que habla?- Pregunté sin decir nada, solo moviendo los labios. El demonio sonrió mientras su lengua me olía, tal como las de las serpientes ponzoñosas.

-No se trata de ser bueno ante ninguna deidad. Se trata de encontrar el equilibrio entre hacer un bien y hacer un mal. Bienvenido al infierno.


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-¿Quién, en el nombre de del demonio,  me trajo este idiota?
-Señora… fui yo.
-¿Y por qué demonios no te lo llevas? ¡A mí no me sirve!
-Aun no lo ha probado, señora….

Me quedé anonadado  mientras escuchaba como el demonio horrible y deforme se inclinaba ante una adolescente delgaducha y más bien fea, mientras esta me miraba de arriba abajo… Después de conocer al demonio, esté me ató y me llevo a una cueva asquerosa y ruin iluminada solo por antorchas rojizas de las que emanaba un fuego azul. El  demonio me llevaba por delante picándome de vez en cuando con sus dedos largos y picudos. No veía nada más que sombras púrpuras. No estaba paralizado de miedo, pero si asombrado de la irreal que todo se veía. Es decir, hacia solo un instante que tocaba el piso con los pies,  y ahora caminaba por una caverna fría y oscura con el demonio a mis espaldas y un olor a tierra mojada dándome de lleno en la nariz.  Al final llegamos a una amplia estancia de la cueva donde, en un montón de estalactitas se encontraba la adolescente con su largo cabello flotando a su alrededor.
Tal vez crean ustedes que soy un estúpido ignorante y que quise decir Estalagmitas… Pero no, esta esa muchacha delgada colgando del techo  metida entre las salientes como un maldito murciélago.

-No necesito probarlo… Lo huelo. Arrepentimiento. Perdón. Amor… ¡Puaj! Me da asco.
-¿Entonces por qué esta aquí?  Debería haber ido hacia arriba, ¿No?
-¡Silencio, Octo!... Ya veo que eres estúpido. Yo me encargo.

Desde donde estaba pude percatarme que a “Octo” no le gustaba la resolución de la muchacha, pues fruncía su horrible seño y clavaba las uñas en su cuello, respirando fuertemente. Finalmente y con un horrible estruendo Octo respondió ásperamente.

-Tengo hambre.

Unos segundos de silencio donde todo se paró (Incluso el pelo de la chica, flotando a su alrededor, estático) procedio a una sonora carcajada que altero el fuego en las antorchas, como si este le temiera a la chica.

-Vete al carajo.
-Carolina…

Entonces ella miro al demonio. Fue rápido y casi imperceptible… Toda la ira del mundo se habría amedrentado contra esa glacial ojeada… Nunca vi sus ojos… No creo que siquiera haya llegado a ver su cara. Recuerdo que la “sentí” sonreír… pero no era una sonrisa agradable si saben a lo que me refiero.

-Vete, yo me ocupo.

Y sin siquiera respirar Octo desapareció.  Si he de ser sincero morí de miedo. Antes el demonio me había aterrorizado, ahora la chica me daba pánico. No respiraba. No me movía. Mis ojos estaban clavados al suelo.

-Y tu… me das asco… ¿Arrepentirse en el último momento? ¿Cuándo tus pies ya están en el aire a punto de caer? ¿Sabes lo repugnantes que son los cobardes? Esas pequeñas basura bastardas que te hacen creer que irán hasta el fin de cualquier cosa y al final se detienen justo al borde, dando la espalda y corriendo en dirección contraria mientras el miedo inunda sus estúpidos ojos.... Aquí no nos gustan los términos medios… O estás helado o estas que ardes.

La chica sonreía mientras me miraba retándome a bajar la mirada. Yo sentía su asco recorriéndome, inundándome… me mareaba… Pero sabía que si la dejaba de mirar simplemente desaparecería.

-Deberías quedarte en el infierno solo por ser un pendejo- Siguió seseando, flotando lentamente hacia abajo- Pero pediste perdón… y te funciono… no soporto ese olor.

Me dio la espalda y respiro profundo, dándome una oportunidad para no desmayarme. Pude observar que toda ella vibraba levemente, como si no fuera un ente físico, sino más bien un holograma… como si estuviera hecha de humo.

-Te llevare fuera de aquí.

-¿Iré al…cielo?

-¿Me has visto cara de idiota? Porque si es así tendré que comerme tus ojos.

-¿A dónde voy?... ¿Dónde estoy?

-Sígueme.
Y sin más empezó a andar por un corredor angosto. Era tan pequeña… tan insulsa cuando no te miraba, que costaba creer que con una sola mirada podía espantar a un monstruo horrible.

-¿Cómo te llamas?

¿Me preguntaba a mí? Me quede parado, sin saber que responder. ¿Debía?

-Que haces aquí…  no debiste haber saltado, David.

-¿Cómo sabes mi nombre?

-La última vez que te vi nos besábamos bajo un árbol, y alguien te salvo de ser mi primera víctima.

-No te reconozco… no sé de qué hablas.


-Supongo que me sigo viendo igual que la última vez. Esa es mi desgracia en el infierno…. Que han pasado 10 años y sigo viéndome como una estúpida adolescente… Como sea… ¿Me extrañaste?