Relatos, historias y cuentos.

viernes, 18 de febrero de 2011

¡Clausurado X!

viernes, febrero 18, 2011 Posted by Anil , No comments
Hey chicos!



Espero anden bien, yo ando bastante estable últimamente ja ja (¬¬) He estado pensando un poco y decidí usar este espacio (ya que lo abandone) para que ustedes disfruten en el de algunas lecturas chiquitas y raras. Espero les guste!!!


Cambio y fuera!

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 Historia 1                                                   ¡Clausurado!

-Solo hay una solución, Salvador- Le dijo Mariela con tono de ser la última esperanza; él mantenía su cabeza apoyada contra la mesa, pensativo y serio. Sin hacer ningún movimiento, el chico argumento:

-No hay nada que hacer, estamos perdidos. Estamos enfermos de esa cosa que llaman….

-¡No la nombres! Así es menos potente… La única cosa que podemos hacer es limpiar nuestros corazones del desastre que hicieron con ellos y así podremos vivir en paz.

-¿En serio lo crees?- Ahora si levanto la cabeza, ilusionado con la esperanza de librarse de esa maldición. Y es que curiosamente había sufrido del mal mas común en toda la tierra: de amor. Salvador conoció a una chica hermosa: Cabello castaño, ojos almendrados, cuerpo de ángel, voz de soprano y actitud de rebelde. Calló instintivamente a sus pies y no pudo dejar de pensar en ella desde aquel momento. Le acompañaba a donde quiera y le dejaba hacer lo que se antojara. Tal vez creyó que ella lo querría como él ( ya que ella lo acepto como su novio por unos pocos días) con una pasión que rayaba al límite del masoquismo. Pero un día, cuando Salvador la escuchaba hablar y hablar acerca de su narcisismo y su vanidad, cierto chico se plantó frente a ellos y se presentó: Juan Rivas, se dijo llamar, mientras lanzaba miradas chispeantes que tenían como destino los ojos de la chica y que eran correspondidas por la misma. Se sentó a un lado de ella y comenzó a platicar y platicar acerca de sus dotes y sus talentos. En ese instante el corazón de Salvador se paralizo y cayó en un coma particular que solo duro un día, pues la muchacha termino a Salvador a la mañana siguiente, dándose el lujo de tomar un escarpelo y matar (aunque de manera un poco piadosa)el desvalido corazón del desdichado. Así que Salvador vagaba por la escuela con una mirada catatónica y sintiéndose el hombre mas maldito del mundo y compadeciéndose con su mejor amiga, Mariela, que ahora lo miraba con la seguridad brotando de su boca:

-Lo sé. Hagámoslo hoy, después de acabar la tarea de computación. ¿Te parece en mi casa después de las 6:00?

Y, con un apretón de manos, Salvador acepto lo que la chica proponía.

“Malditos algoritmos del carajo” pensaba él mientras iba caminando por la calle, dejando que la brisa le despeinara el pelo. Se sentía frustrado por la tarea que a duras penas podía entender, y agradecido de que alguien le digiera que podía quitarse el dolor que le palpitaba en vez de corazón. 5 cuadras mas allá, tocó la puerta de la casa, para que luego Mariela y lo invitara a pasar.

-No es difícil la tarea; solo un poco complicada- Le dijo mientras le servía un deliciosamente frio vaso con refresco y se sentaban en el comedor de la casa- Ya que hemos acabado, podemos seguir con lo demás.

-¿En serio crees que funcionara?

-¡Dhaa!, claro que sí, no me cabe la menor duda. Y mejor empecemos ya, o se nos hará noche.

-De acuerdo.

De esa manera empezaron por Salvador, que era el que se quejaba muchísimo de su problema. Entraron por su la cabeza y descendieron lentamente hasta el corazón, mientras la plática se desarrollaba:

-Mariela, me alegro que hagamos esto, al fin me librare de este dolor constante que tengo.

-¿Crees que está muy mal?- le dijo, tomando la traque como un pasamanos y descendiendo con cuidado.

-Mi corazón sobrevive, que es lo que importa- Contestó siguiéndole y meditando con cuidado- Supongo que al final de la limpieza, podré volver a querer a las chicas- Meditó un momento y se dio cuenta que no él no sabía que pasaba con Mariela porque se había ocupado de hablar solo de su problema, así que, tímidamente, le pregunto- Mariela… ¿Qué te hicieron a ti?

-Humm- suspiró mientras cruzaba por el pecho buscando la entrada al corazón- Cosa de amor, como supones. Había un chico, ¡uff! Vaya chico. Intelectual, guapo y malo. Lo conocí por medio de una amiga, pero nunca pensé que podría haber algo entre nosotros, así que lo tome como un amigo. Ya hace tiempo que me empezaba a hablar con mas confianza y mas seguido, así que me empecé a interesar mas en él y al mismos tiempo pude notar que él se interesaba en mí. Como suelen decir, “no nos éramos indiferentes”.

-Y ¿Llegaron a salir?

-Sí, y me sentí cómoda y agusto, pero él… no sé, siento que esperaba otra cosa. Al final, cuando me había enamorado demasiado, una tarde hablamos y me dijo que la cosa no iba por ahí y que no lo malinterpretara. Me aclaro que solo eramos amigos y … pues, heme aquí, decidida a limpiar lo que ensuciaron

Ya habían llegado a la entrada, asi que Salvador, un poco nervioso, puso la mano en el picaporte mientras le decía:

-Tal vez, lo tuyo no es tan grave. Al final, nunca anduvieron y eso dice mucho de lo que paso.

-Tal vez…. Pero dejemos eso, ya que tenemos trabajo que hacer- Le dijo mirándolo a los ojos y dándole ánimos- ¿Listo?

-Nunca más listo- Le respondió mientras soltaba un suspiro y abría la puerta.

Era un cuarto cómodo y confortable: se notaba que alguien había movido las cosas de manera desordenada y algunas inclusive estaban maltratadas o sucias. Un poco de caos y suciedad aunado a el descuido y polvo de alguien que cerro deprisa sin querer mirar atrás, pero, aparte de eso, nada que no tuviera solución.

-Vaya… No esta tan mal… De hecho, ¡está bien! Lo puedo arreglar… no nos tardaremos nada… ¡Qué bien!

-Pues a trabajar- En su voz denotaba la alegría de encontrar ese lugar con posible solución, aun que ocultaba muy bien la preocupación de pensar como estaría el suyo. Recogieron lo tirado, barrieron la tierra, sacudieron el polvo y arreglaron las paredes manchadas. Al final no les llevo mucho tiempo hacer la limpieza y al terminar vieron con orgullo que volvía a ser un corazón habitable y cómodo. Se sacudieron las manos; Salvador sintiendo alivio y Mariela satisfecha por el trabajo.

-Bueno, ya está todo en orden, Que curioso, hasta me siento mucho mejor. Tal vez hasta invite a salir a alguien.

-Me alegro, ahora vamos al mío- Dijo ella, esperando que los daños fueran como en los de Salvador, aunque con la fría certeza de que no seria así.

-Vamos pues- Dijo- Yo creo, que como no fueron novios, tus daños serán menores que los míos- Afirmo mientras corría hacia arriba y salía por donde había entrado, seguido de Mariela- Al final, veras que solo son “averías”

Pero Mariela siguió callada mientras entraban en ella, y bajaban a su pecho. Prolongo el silencio porque sentía temor de lo que venía, y Salvador estaba demasiado contento como para notarlo. Cuando al fin llegaron a la puerta del corazón de ella, Mariela solo se paró y miro el picaporte, incapaz de tocarlo siquiera.

-¿Qué pasa?¿Tienes miedo?

-No puedo… Salvador !No puedo! Solo yo sé lo que hay ahí…

-No seas cobarde, ya te dije que no es nada, no seas melodramática…- Casi le grito abriendo la puerta de un tirón para paralizarse en el marco de la puerta:

Todo en ese lugar estaba en completo caos, todo estaba roto y las paredes cuarteadas deprendían sangre por doquier, los muebles estaban hechos astillas, la luz no funcionaba, había fuego en una de las esquinas y Salvador podría jurar que había una criatura que, sorprendida por la interrupción, se había quedado quieta en medio de tal revoltijo; el cuadro general era devastador. Pasaron un buen rato mirando aquel desastre sin poder decir nada. Al final, solo Mariela sentencio con abatimiento:

-No se puede hacer nada, este lugar está muy dañado…

-Pero ¿Por qué no me dijiste que estabas tan mal?

Una sonrisa amarga cruzo por su rostro mientras cerraba la puerta:

-No me gusta alardear de mis daños, porque nunca sabré la magnitud de ellos hasta que los vea y odio que las personas sepan mucho de mi… soy muy reservada.

-Bueno- Dijo mirando cómo se desquiciaba Mariela- ¿Qué haremos aquí?

-Nada… Este sitio esta clausurado.
Corazones al vacio. Imagen original.




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