Hola Guapos y guapas:
¿Cuántos limones les ha dado la vida? A mi puras patadas en el ¡”#$#”
Se supone que (como meta del 2015) todos los cuentos deben salir los
días 9… Pero ya conocen a esta desgraciada que a veces no tiene inspiración y
se tiene que esperar algunos días. Pero
les propongo un trato, si no publico el 9 entonces les deberé una cerveza :D
El texto de hoy es entre especial y no. Hoy es 14 de febrero y todo es
miel sobre hojuelas. Sin embargo, y
gracias a una fuerza divina hace tiempo que no me enamoro, por tanto hubiera
sido hipócrita escribir de amor (Sin pasión).
Pero ¡oh, alabado sea el estúpido corazón! Cuando estuve enamorada escribí
algo tan cursi que hasta podría quedar como texto de febrero… Y es por eso que les traigo “Con él tiempo puede que pase”
A quien le escribí el texto: Tomaré el cuento de vuelta, espero no te importq
guapo, de todos modos no creo que la hayas leído ;)
Dedicatorias: A Los lectores, a los enamorados, a los dejados, a los
despechados y a los olvidados.
Con “amor”.
CON EÉL TIEMPO PUEDE QUE PASEÉ
-Toda una vida desenfrenada…..Y
de pronto ya no quieres ni salir a la esquina, ¿Por qué?- Dijo su amigo de toda
una vida, alguien en quien ella podía confiar.
-Es que tengo un secreto.- Contesto pícaramente con una sonrisa en los
labios.
-¿Un secreto? ¿Qué secreto?
-Uno que hace que despierte feliz
por las mañanas y me duerma por las noches con más ganas para poder soñar con
él.
-Y que más hace ese secreto.-
Quiso saber él, movido por la curiosidad y la duda.
-Que sonría cuando me acuerde de
él. Y que me ponga feliz si sé de él.
-¡Qué tontería! Debe ser un buen
secreto…. Aunque los buenos secretos no son baratos, ¿Verdad?
Ella sonrió más abiertamente, seguramente porque estaba pensando en su
secreto.
-Este secreto no es gratis, pero
no me importaría pagar mil veces mil millones lo que cueste por él. Vale su
peso en oro.
“Pero tienes razón, un secreto
tan bueno no es barato. Un secreto que te hace sentir tan bien, que te pone
feliz y te llena de tantas emociones no es gratis. Pero como ya te dije, no me importaría pagar
lo que tuviera que pagar por él”.
Fue una respuesta contundente, lo que lo extrañó. Ella nunca hablaba así. “Debe ser un buen
secreto”, pensó. Y antes de que pudiera contestar, ella continúo:
-Este secreto lo encontré por
casualidad. Sería el destino, o coincidencia, o lo que sea, pero si me pongo a pensar, todas las decisiones
que me llevaron a él fueron una chiripa. Tengo mucha suerte.
-¿Y cómo es eso?
-Pues… es una larga historia, pero es muy buena. Te la
contaría, pero es parte de mi secreto. Aun así, te doy una pista: Yo termine
frente al lugar indicado y fui hasta ahí
a pesar de que no podía ni abrir los ojos. Después, todo fue gracias al secreto.
-Vaya…. Y si así lo encontraste,
¿Cómo es que no se va?
-No lo sé – Dijo pensativa, abriendo los ojos preocupada
porque esas palabras se hicieran realidad- No
quiero pensar en un “si se va” o en un “cuando se vaya”. Me gusta tal cual
esta. Tal cual es. Lo quiero. Aun así,
es libre de irse cuando él lo deseé.
- Pero ¿Qué no pagas mil millones
de veces lo que te pidan por él? ¿Cómo se iría?
-Porque lo genial de todo es que
él puede hacer lo que le da la gana. Puede ir y venir a su antojo, yo soy feliz
si él lo es. Es todo lo que necesito.
-Entonces…. ¿No lo tienes
siempre?
-No… Y a veces eso me pone
loca. Me hace extrañarlo un montón, y
querer hablar con él, querer estar
siempre hablando con él. Pero sé que esa es la esencia del secreto, que solo tú puedes saberlo y por tanto lo tienes
cuando lo extrañas, aunque solo sea en tu cabeza.
-Vaya. Me agradaría mucho tener
un secreto así. O ser un secreto así. Se oye divertido.
-Lo es, y mucho. Pero si llegas a
tenerlo, nunca lo descuides. Un secreto
puede perderse si no lo recuerdas.
- Y tu ¿Recuerdas tu secreto?-
Aunque, claro, él ya sabía la respuesta.
-Todos los días, todo el tiempo. Y lo demuestro cuando puedo. Pero soy nueva
guardando secretos, y no sé cuándo debo decirle que lo recuerdo. Es
complicado. A veces no puedo expresar
bien como recordarlo y eso me frustra, porque no quiero que el secreto sienta
que lo olvido.
-Se oye complicado.
- Los secretos buenos no son
fáciles. Tú mejor que nadie lo sabes.
Ambos sonrieron, porque sabían que las cosas complicadas eran las que
más valían la pena, y que eran esas
cosas las que debían aprovechar cada minuto, cada segundo.
-Yo quiero mucho a mi secreto. Y
cada que lo veo trato de disfrutarlo
todo al máximo. Por eso a veces soy algo atrabancada, por eso a veces soy algo extraña o algo loca
o muy loca. Porque lo quiero y no hay más explicaciones. Y lo
quiero mucho. Mucho más de lo que se pueda pensar.
-Si, ya lo veo. Y dime, ¿Cómo se
llama tu secreto?
-Si te lo digo ya no será
secreto, pero te puedo asegurar que sus ojos están sobre estas palabras ya
mismo.
0 comentarios:
Publicar un comentario