Hola muchachos:
Dedicatorias!
Para mi hermano, que me recuerda que debo subir la historia!
Para Angel Ehecatl, que esta esperando la continuación
Para Ana, que debería saber la locura no es algo que se quiera compartir ;)
Para todos mis lectores, pueden contar que lo hago solo por ustedes
Una dedicatoria cifrada para David, cuya identidad solo yo conozco (You get what you deserve, dude, and i´m not happy for it, even that was tha i want)
Una dedicatoria cifrada para David, cuya identidad solo yo conozco (You get what you deserve, dude, and i´m not happy for it, even that was tha i want)
La segunda parte del hombre de las sombras; con amor para ustedes, ¡un honor que me lean!
Cap 2-. Tormenta en el
paraíso.
Después de 3 horas de espera en
ese lugar sombrío y húmedo que la
escuela llamaba “Biblioteca”, la luz del sol
era un suplicio para mis ojos. El camino a casa era generalmente largo
porque lo recorría andando, con la única compañía de mi reproductor de música y
los pensamientos aglomerados en mi cabeza. Y ese día no era la excepción a la
regla: Me sentía inquieta, como fuera de
mí; ese hombre con el que había cruzado miradas en la clase de matemáticas
ocupaba gran parte de mi mente (si no es que toda). Y no era el hecho de que cuestionara su
existencia, los motivos por los que estaba en eso momentos ahí, oculto en una
preparatoria, su manera de vestir o porque me miraba a mí; no, lo que me tenía
intrigada era su mirada, la inexplicable sensación de sus ojos sobre mí, como
si lo pudiera averiguar todo con solo echar un vistazo. Sí, eso y también el
hecho de parecía una sombra con la mirada ardiente y brillante. Dejando de lado todo lo escambroso y siniestro del caso, una pregunta
sobresalía del resto y no paraba de dar vueltas una y mil veces ante mí: ¿Qué
demonios estaba haciendo un hombre así en el instituto? No recordaba haberle
visto antes en ningún otro lugar, ni dando clases, ni asistiendo a profesores, ni de administrativo (Y eso que
yo tenía la mejor memoria de toda la preparatoria). La fuerza y el impacto de
su mirada no me permitieron ver más allá de su silueta. ¡Si al menos hubiera
visto más detalladamente sus facciones! Eso me daría la oportunidad de
reconocerlo cuando nos topáramos de
nuevo, en la calle o en la escuela.
¿Y si era el mismo hombre con el que cruzaba la calle?
¿El señor de la tienda sombría situada en la mugrienta esquina de la cuadra? ¿O
el conductor de la camioneta negra que estaba a mi lado? Escalofríos y más
escalofríos recorrían mi cuerpo, afectándome hasta tal punto que tuve que parar
un poco porque me faltaba el aire. Mi cabeza estaba dando vueltas de nuevo y
sentí que las náuseas se apoderaban de todo mí ser. “No… No, ridículo. Ese
Hombre no debía ser nada amenazante para mi” me tranquilice mientras emprendía
de nuevo el camino y doblaba a la
izquierda para tomar el atajo del parque
cerca de mi casa. Pensé que el follaje
verde seguramente me ayudaría a relajarme y dejar de pensar en “El Hombre”,
pero por alguna razón solo me sentí más desesperada de lo que ya estaba. De
tener un cielo azul brillante y caluroso por la mañana bastaron solo 2 horas
para que una nube grisácea y grumosa lo cubriera todo, sumiendo el hermoso
follaje de los árboles y plantas en una penumbra fría y dominante.
-Deberías andar con más cuidado-
Dijo una voz masculina de manera burlona mientras una mano grande me tomaba del
brazo y me jalaba hacia esa misma dirección.
“Oh por dios ¡El hombre! Deprisa:
golpéalo y corre” fue el primer pensamiento que pasó por mi cabeza paranoica.
De un impulso me gire y le asenté un
buen golpe en el estómago con toda la fuerza de mi ser esperando que fuera
necesario como para ocasionarle un dolor lo suficientemente fuerte para que me
soltara; pero el hombre sujeto mi brazo como si fuera una pinza de presión
mientras se doblaba sobre si y trataba
de articular palabra.
-¿Qué carajos Carolina?- Soltó
David entre dientes y jadeos por recuperar el aire en sus pulmones. Estaba tan centrada en resolver el misterio
del hombre que no me di cuenta cuando David se había acercado sigilosamente
como siempre lo hacía para darme un susto mortal. Aliviada por no estar en la parte trasera de
una furgoneta que recorría la ciudad a toda marcha hacia el norte mientras un
tipo siniestro reía malévolamente, me
incline para ayudar a David a levantarse.
-Hey… Hola… Perdón- Le dije
mientras le tendía la mano para levantarlo.
-Se pide perdón cuando le pisas
el pie a alguien o cuando golpeas ligeramente a una persona al pasar, no cuando
tratas de quietarle el aire de los pulmones, Carolina.
-Sabes que no soy el tipo de
chica que se deja secuestras- Le dije con una sonrisa en los labios mientras
trataba de no reír: a pesar de verse enojado, David solo estaba avergonzado de
que una chica pequeña como yo le hubiera dado un puñetazo tan fuerte.
-No… Tu eres el único tipo de
chica que golpea a un chico por jugarle una broma- El resentimiento en su voz
estaba mesclado con una indignación infinita, pero también, aunque levemente,
de una sorpresa grata.- Eres más fuerte de lo que pensaba- Admitió en un
susurro.
“Ja ja… ¿De lo que tu pensabas?”
Una sonrisa traviesa bailoteo en mis labios. Sí, así era David: Un completo
chico malo, desinteresado en mi vida y solo atraído hacía ella por el ocasional
misticismo que me rodeaba. No tendría
contacto con él de no ser que, en definiciones hormonales, David era mi sueño:
Alto, pálidos con los labios rosados y suaves que siempre estaban rodeados de
una barba negra y sensual, una mata de
cabello negro azabache que daban ganas de robarlo y unos ojos negros como la
noche. Frente a la sociedad, David Serrano y Carolina Ávila eran completos
extraños que se saludaban ocasionalmente
y solo cuando las normas morales de la preparatoria les obligaban a
convivir socialmente: Pero donde no
había ojos indiscretos y oídos entrometidos ambos éramos un par de
apasionados dispuestos a arrancarse la
lengua en la eterna batalla de ganar el debate de la vida… Hablando
entre arbustos, tirados sobre el césped, las frases eran lanzadas como los
soldados a morir en los campos de batalla, unas cargadas de razón, otras
simples y llanas llenas de obstinación;
las emociones flotaban y los sentimientos se extasiaban y la tensión podía ser
tal que un cuchillo de mantequilla cortaría sin ninguna dificultad en aire. En varias
ocasiones, cuando veía que su testarudez era imposible y estaba determinado a
ganar a si tuviéramos que discutirlo eternamente, había aplicado una técnica
muy sucia para poder darle tregua a su lengua callando su boca con un tremendo
beso robado que, aunque había funcionado bastante bien, nunca fue suficiente
para poder convencerle que el mundo son ramificaciones y no una línea infinita,
y que había más de un camino para ir a un lugar y muchas más formas de
hacerlo. Hubo noches que tirada boca
abajo sobre mi cama esperando la derrota del cansancio, recordaba con viveza la
pasión impresa en nuestras palabras, la
rudeza de nuestros argumentos, la fuerza de nuestras miradas, todo aquello que
juntos podíamos llamar, nuestro secreto.
-Escuche que iras al cine con
Iván ¿Qué película verán?
-Oh, eso- Siendo totalmente
sincera, a David le importaba tanto mi
vida como le importaba la lluvia a lo largo del año, así también algunas veces
a mis palabras, por la sencilla razón de
que Carolina Ávila no era trascendente en su vida- Veremos “El chico al que dejaron
plantado por primera ocasión” dirigida
por Sara Monte villano.
-¿Y de qué va la película?
Afirmando mis sospechas, David
demostró de nuevo que mientras no fuera algo de su interés no se molestaba ni
siquiera en pensarlo.
-Estas corto de atención, ¿Eh?
-¿A qué te refieres?
- A qué- Mientras caminábamos
hacia mi casa me centré en ser lo más concisa del mundo, ya que mi mente seguía
buscando paranoica al hombre de las sombras- Te estaba diciendo que cancele lo
de Iván y no lo entiendes.
-Oh, perdón. Escucha, no tienes
que dejar de salir con chicos solo porque… pues, nos vemos en secreto. Yo no he
dejado de invitar amigas al cine a pasar el rato.- “Oh, no… you didn´t say
that, dude, you are kidding”- Lo más
normal del mundo sería que tu salieras
con otros, y así podríamos disimularlo.
-Disimular, ¿qué?- Dije mientras
la ira se despertaba en mí, lenta y decididamente.
-Puees… esto. –Su mirada paseo
por el parque distraídamente e hizo un floreo con las manos que nos abarcaba-
No somos personas que se deben ver en público, Caro, somos de esas…
-Detente, antes de que patee tu
malnacido trasero de niño mimado- Lo detuve en la banqueta de una calle
desierta, girando mi cuerpo hacia él, encarando mi rostro al suyo, que parecía
desconcertado- ¿Crees que esto es más que un juego? ¿Qué estoy ilusionada
contigo? ¿Qué pienso que esto, ESTO, es
un extraño tipo de relación?
Como se prende la estufa para
calentar una olla con agua, la ira se calentaba poco a poco en mi estómago.
David paso de estar confundido ha sorprendido y tartamudeo un poco al tratar de
contestarme.
-Yo solo decía…
-No, no solo digas; mira, lo que
he pasado contigo es genial, porque al final del cuento tú y yo somos fieras
discutiendo sobre el mundo y yo amo hacer eso. Si, te he besado y no te veías
muy enojado porque lo hiciera y nunca rechazaste mi contacto, pero óyeme bien
claro: Si lo que piensas es que estoy enamorada/ilusionada/esperanzada contigo
o de ti, estas muy lejos de ser el amigo que pensé que eras. Nos divertimos y
admito que eres tremendamente guapo, pero, nene, tú no eres quien aparece en
mis sueños todas las noches.- Una parte de mi cerebro, tal vez una pequeñísima
parte de mi mente, sabía que lo que estaba diciendo era pura rabia por saberme
algo que se debía esconder, como sí yo fuera un repúgnate animal lleno de pus y
bilis que tuviera la necesidad de ocultar y disfrutar enfermamente en privado.
Me sentí usada al máximo extremo a pesar de que yo misma había aceptado el
hecho de ser un secreto entre él y yo. No, no era porque me escondiera de todo
el mundo en general, sino más bien porque tratara de decirme que hacer con mi
vida para no afectar la suya- ¿Sabes? Tal vez soy yo la que te dio esa idea…
Dime, ¿Te parece mal que pregunte por tu vida, como si quisiera entrometerme en
ella? ¿O es acaso que trato de hablarte un poco más seguido?
-No es el mejor momento para…
- Mi error: solo trataba de ser un
poco más cordial, de ser tu amiga, pero si eso significa que te vas a dar tus
aires de grandeza y que vas a tratar de decirme como resolver mi vida, creo que
lo más prudente…
-Yo nunca dije nada de, eso Carolina,
no estés haciendo drama.- Me detuvo en seco, tratando de zafarse
automáticamente del problema, haciéndolo parecer como si fuera solo mi mundo
paranoico el que estuviera mal.
Pero sí, tenía razón, esto era un
drama. Mi drama. Mi mundo, mi mente, mis palabras, mi genio… Todo mío, porque
ni ha eso se apuntaba. A tal punto de ebullición, respire profundamente y
apague la caldera de mi humor. Mire el cielo oscuro cubierto de grises nubes y
puse mi mente en blanco. “No vale la pena”
-Olvídalo. Tienes razón. Mi
drama. Me tengo que ir. – El viento arrecio mientras lo miraba y pensaba que
era mejor acabar con todo esto antes de perder algo más que “un amigo”; algo mas como la ilusión de una
persona a la que al menos le importara lo que pensaba.
-Oye, no quiero que esto afecte
nuestra amistad.
¿Qué podía decir? No había
amistad. Él no sabía nada de mi vida ni lo que me pasaba, y yo ni siquiera ere
digna de un miserable “¿Cómo estás?”. Si su concepto de amistad era verse de
vez en cuando y solo ser escuchado, David era más genial de lo que yo pensaba.
Al menos a él no le importaba un carajo la vida de los intrascendentes hasta que los necesitara.
-No te preocupes, todo está bien.
-Ok. Nos veremos otro día.
En un intento de contentarme,
David dio un paso adelante para darme un abrazo, pero su acción fue muy lenta,
ya que para esos momentos yo ya estaba a la mitad de la calle, caminando
directamente a casa, donde seguramente patearía unas almohadas y sofocaría mi
rabia a base de música.
pauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu, super padre lo que posteas, ya haz un libro jaja xD o escribe algo nuevo ya va casi un mes que no posteas nada :( a ver si adivinas quien soy por mi manera de hablar/escribir muajajaja
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