Relatos, historias y cuentos.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Extra: Conoce a Némesis

miércoles, marzo 26, 2014 Posted by Anil , , , , No comments
Una pequeñísima historia  porque estoy como  volcán y mejor pongo esa energía en mis dedos.  (Aparte que he abandonado  la escritura últimamente).  Esta nota tiene un sabor especial, pues Némesis será una participante importante de la próxima historia. : D!

" -No me dicen Némesis por nada. Fui como tú, antes... ¿Qué si amé? ja ja... Hasta que conocí a alguien que me encantara el corazón, la mente y el cuerpo.... ¿Quieres saber una pequeña historia? 

-¿De qué serviría? Te quieres auto-alabar a ti misma

Némesis poso su incorpóreo cuerpo en el sillón, de una manera tan provocativa  que  parecía mas un trono que un sillón. Su cabellera flotante la seguía, dándole un aire fantasmal, como si flotara en una piscina.

-Quiero que sepas... Debes entender que todas las almas que hay en el infierno han terminado ahí por las mismas causas que hoy nos hacen presentes en tu deplorable casa, gatita.

-Me repugna que hables así- Le espetó Carolina con desprecio mientras se inclinaba  hacia adelante y sacaba un cigarro de su mochila- El amor te lleva al cielo. Eso me ha quedado claro. Además, yo nunca ame a un hombre... No he caído en esta situación por mis propios pecados. Me forzaron- La dureza de sus ojos era firme y la nostalgia quedaba opacada por el rencor- Me cazaron... Me engañaron...

-Y algún día te vengaras, bla bla bla....- la interumpió Némesis con aburrimiento-  Niña, entiende, eres una cría poderosa, más de lo que yo lo fui, pero una cría al fin y al cabo. No sabes nada de la Muerte ni de la vida más allá de la misma. ¡Mírate! Tan cerrada, tan esclavizada a tus viejas costumbres.  Hagamos un trato: Me escuchas atentamente.

-Y luego, ¿Qué?

-Nada, ja ja, pequeña ingenua. Soy tu Guía, tu maestra, no me vas a condicionar.

Némesis se inclinó gentil y elegantemente para prender el cigarro de Carolina, sacando una llama de su pulgar. Ella tenía razón, pensó la chica pues al fin y al cabo el mayor problema es que las personas no tienen la paciencia suficiente para actuar a su tiempo ni la valentía  necesaria para aceptar que se han equivocado, ni la prudencia suficiente para saber decirlo. ¿Qué había pasado con David? Eso mismo, que nunca tuvo la prudencia de decirle que sencillamente era un juego, o la valentía para aceptar que él la tenía por un vil secreto o paciencia para idear un plan en el cual  todos terminaran felices y comieran pedernices. "Que le den, a él y a todas las estupideces del amor adolescente" Pensó para sí,  dando la primera calada a su cigarro y asistiendo para sí misma.

-Está bien.  Empieza, Alma despiadada.

Némesis sonrió para sí, pues amaba que la llamaran de esa manera. Sacudió su cabeza ligeramente la cabeza y el movimiento ondeo en su pelo, mientras de las puntas del mismo salía volutas de humo denso y negro. Sonrió vilmente y empezó a contar su historia:

-Yo era humana, joven y bella...

-¿Joven y bella?

Némesis la miro con hostil agresión antes de poner los ojos en blanco y suspirar ruidosamente por la interrupción, provocando que una fina neblina saliera por su nariz.

-No hay nada de malo en aceptar que una es vieja, cría. La edad le da a una la sabiduría para sobrevivir... Lo aprendí hace tiempo y te enteraras cómo si me dejas terminar.- Hizo una pausa, esperando una disculpa, pero Carolina la miraba expectante, y opto por seguir adelante e ignorarlo todo de momento- En fin, era humana y estúpida, como tú, pero un poco mayor. Tendría unos 21 años y era una chica loca por el riesgo y la adrenalina. Lo que se dice, toda una idiota. Y dio la casualidad que me encontré uno de muchos días perdidamente enamorada de un joven, guapo y perfecto y desgraciadamente igual de idiota que yo.  Una cosa dio a la otra y al final logre conquistar su corazón, por un tiempo. Fue una buena época,  ambos contra las adversidades.  Lo disfrute a lo grande, y perdí medio cerebro en ello... Desafortunadamente también perdí de vista que en el mundo hay más personas que suspiros y que hay animas a las que la felicidad ajena les repulsa. Yo fui feliz hasta el momento en que esos seres despreciables me hicieron herir al chico del cual estaba prendada. El cómo y por qué... Los sé, pero no quiero decirlos. Solo diré que me volví obsesiva, devoradora de tiempo y de vida, de Su vida. Psicótica. Psicópata. Al final, como es lógico, me termino. Déjame preguntarte ¿Qué pasa cuando a esa edad te vuelves loca? O mejor dicho, ¿Cómo reaccionas racionalmente a eso? Te lo diré yo: No reaccionas, corres por eso que deseas con locura, y no calculas la fuerza, el impacto de esa reacción.  Aun ahora me siento desquiciada de solo pensar que...

Carolina estaba fascinada, observando como Némesis se perdía en su voz, recordando todo lo que había pasado. A decir verdad, nunca se dio cuenta que ella también había sido una chica estúpida y sensible, alguien humano. El crepúsculo dejo la habitación en penumbras, y solo el cigarrillo de Carolina y la propia Némesis tenían unos leves rubores de luz rojiza, un halo de brazas débiles que les iluminaban los contornos.

-Lo lastime, ¿Entiendes? Mucho... al final, lo único que podía hacer era acudir con El señor de las Sombras, ya sabes, pedirle que lo arreglara. Como sabes, hay algo en mí que resulta tremendamente poderoso y él lo encontró apetitoso, así que me concedió el poder necesario para arreglar lo que había casi matado y dejarlo como yo lo quisiera. Claro, a cambio de ser su fiel esclava de las sombras.... bla, bla bla.... Tú lo sabes mejor que yo. 

-¿Que paso con él?

-Vivió feliz y encontró lo que debía encontrar. Me encargue de evitar que le pasara lo mismo... Y también me encargue de las personas que hicieron que pasara.

Una llama prendió en sus ojos y entonces Carolina entendió porque se autodenominaba a sí misma Némesis; pudo sentir el calor, su ira y la fría satisfacción de su venganza mezclados en su alma. El resultado era un ser poderoso, un ser que tenía la fuerza suficiente para arrasar con 100 ciudades y reír mientras lo hace. Y era ahí donde residía su poder, en la idea de la venganza, encarnizada en toda ella. "La muy maldita es poder y rabia". Ella levanto a mirada y cruzo sus brasas ardientes con los de Carolina, haciendo que se estremeciera levemente.

-¿Sabes cuál es la moraleja?

"Que no me meta contigo" fue el pensamiento fugaz que cruzo su mente mientras se mantenía callada y serena frente al espíritu de odio que tenía ardiendo en frente. Némesis sonrió y en su boca solo encontró picos blancos y perfectos.

-La moraleja es: Quédate hasta donde se te permita,  después aléjate o arruinaras lo que pudo haber sido bueno.

Su voz tenía ya el eco con el que la conoció y su aura final era tan atemorizante como lo fue la primera vez. Némesis, mala  y desquiciada, era alguien (algo) que se hacía temer cuando quisiera.

-Y ahora, deja tu cigarro, niña, que hay que ganar esa maldita pulsera."




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