Buenas Tardes Guapos:
Rompiendo la costumbre de publicar en las madrugadas, hoy vengo un poco ofendida por que no me han extrañado. Vale, que tal vez sí, pero me gusta el drama, acostumbrence o denme un poco de chocolate, cualquiera que les sea mejor.
Yo los extrañe mucho :3
Pongamos la regla de que el tiempo no existe aquí,porque escribir periódicamente es sano pero dramático, y ustedes no quieren venir a leer como me corto las venas cada mes. ;)
Solo tengo una petición: Sigan vivos. A todos nos pasan cosas horribles, pero mantengance vivos y fastidiosos. No los conozco, pero estoy orgullosa de ustedes, principalmente porque no han muerto. Zombies, los amo.
Dedicatorias: A los que leen, a los que vienen por las fotos o por las frases. Todo es para ustedes, tómenlo sin decir nada. A mi familia, que extraño ahora mas que a nada, a mis amigos por mantener mi equilibrio emocional y a Emmanuel (Y te aguantas).
Punto y aparte, CUANDO LOS MALOS GANAN es un texto inspirado por la situación, la canción SLEEP de MCR y que no me gustan los gorilas.
Besos.
CUANDO LOS MALOS GANAN
Cuantos errores habré cometido al tomar mis decisiones. Sé
que ninguno. Estoy en shock. Estoy feliz y triste. Patético.
-No me arrepiento de nada, idiotas.
Debe ser el puto
karma en mis hombros. Mate a 6 esta noche. Y Mataré una vez más para asegurarme
de que no vuelvan. Oigo sus gruñidos de cadáver por las rejas. Imbécil. Quiero
que la granada le pase por la boca, directo a la garganta.
-¡Y se te quede en el corazón, a ver si eres capaz de sentir
algo!
Más gruñidos. Puede olerme. La verdad, me conoce
perfectamente. Me matará cuando él lo crea conveniente. No debí llamar su
atención. Cuando fue una alianza fue perfecto, yo le daba alimento y él era una
bestia gigantesca de confianza. Era inmensamente poderosa. Lo tenía todo. Pero
Un día de repente fuimos enemigos. Atacó mi tranquilidad y me robo el sueño.
Fui desterrada, pase hambre y frio.
-Y te lo agradezco, grandísimo estúpido. Ahora el oráculo esta de mi lado. La suerte me
acompaña y tu feo y asqueroso trasero de mono va a quedar embarrado en todo el
suelo.
La granada caliente en mi mano rodaba inquieta. “Recuerda,
preciosa, preguntas correctas serán ascensos seguros”. Si el Oráculo estaba de tu lado, no importaba
que te mandaran a China o Plutón, siempre volverías para rematar a tus
enemigos, amigos, amantes y personas ocasionales a los cuales les gusta joder
por joder. Y el Oráculo había sido claro. “Vive tu o vive él. El que salga
primero y con vida podrá decidir su destino. Mátalo bien y esa podredumbre en
tu pecho desaparecerá por completo. Pero, si tienes clemencia, él podrá reclamar su derecho en cualquier
momento a retarte, y tu cederás ante su pie, lamiendo la tierra de sus zapatos”
-Y sábete, cara de gorila, que a esta chica no se le da
comer polvo. ¡Aparece!
Pero no aparecía, solo daba vueltas alrededor de la jaula, babeando y tratando de
parecer agresivo.
-Antes fuiste algo, ahora solo eres la sombra de quien
conocí.
No acabé de decir mis palabras ese monstruo golpeó un
lateral con la fuerza de una máquina excavadora. ¿Cuándo demonios se puso tan
enorme? Seguramente ahora alguien más le alimentaba, aunque era con alguna
sustancia química que le alteraba y dejaba como idiota. “Idiota… Pero eso
significa que ahora es libre. Y yo soy libre de romper el trato y matarle con
mis propias manos”.
Aun así no le odiaba, en algún momento de la vida maldije su
nombre con todo mi ser, pero después supe que no podía seguir así. Traer su
recuerdo a mi cabeza me estaba matando a la par que me mantenía viva. Supuse
que en algún momento de la vida fue un ser sincero y lo único que buscaba era
la paz interior, pero sucumbió a los placeres físicos y olvido el camino que tenía
en la vida. Supongo que en algún momento de la vida fue Humano. Pero ya no me
dejo engañar, para cuando lo conocí ya era un monstruo idiota que actuaba por
instintos bajo una apariencia de bestia dócil.
-Tu eres un pobre diablo, como yo, la diferencia es que yo
ya he aceptado mi destino cuando tú lo único que buscas es olvidarte todo.
Más golpes alborotados y baba por doquier. Diablos, el
ultimo casi me alcanza. Debía de actuar rápido o perdería el control y me
mataría. Puse manos a la obra: Saque la granadas, y las uní por los ganchos,
para que detonaran al mismo tiempo, saque la pistola cromada y le cargue la única
bala que traía conmigo. Por ultimo saque mi cuchillo de plata con un destello
silbante. Él se detuvo en alguna penumbra al oírlo; no sé se si preparaba o
solo esperaba la primer golpe.
-No tengo pensado dar más de uno- Le dije con un susurro,
esperando que me atacara.
-No esperaba menos.
Tenía una voz horrible, granjeada, áspera e inhumana, una
voz torcida.
-…¿Aun puedes hablar?
Una risa de orangután maniaco lo lleno todo; Me espanto, lo admito, me puso a temblar. Odiaba ese
sonido. ¿Por qué siempre me meto en problemas? Podría ser una ermitaña en un
monte, matándome de inanición. Pero no, la tonta quería matar monstruos.
-¿No castigan a los detractores con la muerte? ¿Por qué sigues
viva?
-Sabes que los matan en hogueras públicas. La civilización
es tan salvaje.
-¿Y por qué no estas muerta?
-¿Me extrañabas?
Golpes a la jaula, esta vez sí me alcanzó, provocando cortes
en mis brazos y pecho. Empecé a sangrar y el olor lo enloqueció aún más. Tome
las granadas y las apreté en mi estómago.
-No sabes el dolor que es ser yo… ¿Quieres verme?
-No. Te veré cuando estés muerto.
-¿Para que medio salvarme si luego me vas a matar? Eres
asquerosa. Igual que todos las demás.
-Pero tú ya sabias eso. Cobarde. Puedes matarme ahora pero
estás esperando sanar tu conciencia. ¡Vive con ella de una maldita vez! Acepta
que me engañaste y tal vez te deje morir en la paz que buscas.
Su cara salió entre los barrotes, como una máscara de
suciedad y tristeza, ojos cansados y viejos, vista perdida.
-Solo intentaba ser feliz- Susurro como antes lo hacía antes,
cuando aún quería salvarlo.
-Y un carajo.
Y le metí las granadas en la boca.
Buuuum. Una bola de fuego me alcanzo en el momento en que me
cubría la cara con el brazo. Todo
zumbaba y estaba lleno de polvo. Estaba mareada y aturdida. “Mi cuchillo” Era
lo único que pensaba. Estaba en mi mano. Pero mi mano ya no estaba.
-Joder… Me gustaba esa mano.
El Oráculo me las pagaría, nunca mencionó que perdería una
mano.
-¡Qué me has hecho!.... arhhh…. ¡MI TORSO! ARRR…
-Ah, mi cuchillo. Si
me disculpas, está a un lado de tu brazo.
-MI BRAZO… ESTÚPIDA, ¡MI PIERNA!
Pfff, pues tenía razón, mi mano estaba en un charco de baba y sangre junto
con mi cuchillo. Pero de sus extremidades faltantes no había nada, solo
gelatina roja por doquier.
-Cállate- Recogí mi mano, todavía podía salvarla si me
apresuraba.- Estas vivo, ¿No? A alguien le serás útil. Pero ya no tienes poder aquí.
Sana y vete.
-¡PERRA PSICÓPATA, MATAME!
-No querido. Yo vine solo a rematarte. Pero alguien más te
matara y me da gusto que no sea yo.
¿Se puede cambiar el futuro? El Oráculo decía que no. Pero
la crueldad. ¿Yo era capaz de matar por mi vida? Tomé el cuchillo con cuidado. Dios,
era muy torpe. Mi mano, aunque la pudiera salvar, no sería igual. Ahora tendría
que ser zurda. Joder, de un maldito
mordisco. Como lo amaba. “Muerdes la mano que te alimenta”. Dulce ironía.
-Tomare esto.
Y le saqué el ojo rápidamente. Fue una suerte que no dañara
el cerebro (¿Tenía?) pero la verdad, fue un ojo por mano.
-Y ahora me voy. Un placer conocerte.
-¿POR QUÉ NO ME MATAS?
-Porque si sobrevives vendrás a buscarme. Y te voy a estar
esperando. Si eso pasa, habrás aceptado que fuiste un maldito bastardo, como yo
acepto ahora que fui una maldita estúpida. Y entonces, solo entonces, será una
batalla justa.
El oráculo nunca se equivoca. Era él o yo. Pero aun no era
tiempo. Y si un gorila ambicioso podía aceptar su humanidad, yo podía aceptar
que siempre fui de los malos.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
"Había una loca que le tenia miedo a la casa con el salón inmenso del pueblo. Decía que había un monstruo con forma de gorila que pasaba las noches ahí. El mono podría hablar, porque, según decía, antes había sido humano, pero fue sometido a procesos extraños trasformando su cuerpo creyendo que así sobreviviría a las guerras. También decía que una chica trato de volverlo humano, pero fue ella la que se transformo en una bestia asesina. Yo una vez fui. El salón olía horrible y todo estaba todo sucio, muchas manchas marrones. Una jaula grande estaba destruida y quemada. Entre aquel desastre había un dedo negro. Antes de salir corriendo, en una esquina vi que algo se movía. No voy a olvidar nunca ese ojo amarillo mirándome. No era humano, pero tampoco era de animal. Yo sé que así es como se ven los ojos de los muertos en las brasas del infierno"
0 comentarios:
Publicar un comentario